lunes, 23 de mayo de 2016

Al filo de tu capote





Una verónica prendida al filo de tu capote,
juega a acariciar el aire,
a teñirse del albero que acompasó tantas tardes.

Luces luce la armadura de tu pecho descubierto,
sembrado de naturales, el corazón por delante,
y el negro toro del hambre adorna de blanco y sangre,
una corona de astas abanderando tu suerte.

Tercio a tercio se van clavando tus pies
a las alas de un clarín,
poesía de pena y muerte, arte que no entiende nadie,
filigranas que bordaron cicatrices en tu carne,
derrotas sobre tu alma, victorias sobre la muerte.

Silencio grita el silencio de un corazón encogido,
búscale la cara al toro,  mírale fijo a los ojos,
que libren una batalla el miedo frente al valor,
la vida frente a la muerte,
la luz frente a la negrura de la noche más eterna.

Una estocada certera cuando el tiempo se detiene
y ya la suerte está echada,

Nadie gana, nadie pierde, o se siente o no se siente.

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