viernes, 27 de febrero de 2015

¿Qué corre por las venas de un poeta?



¿QUÉ CORRE POR LAS VENAS DE UN POETA ?
Poeta ...
 

(J) Ser que es libre, para ser quien quiera, 
y no solamente 
lo que el mundo le permita.
Un ser de viento, 
un ser de mar,
el ente metafísico, 
de sueños cimentados 
en sentimientos...
 
(C) Podrán callar mi voz,
pero no encadenar mi pensamiento, 
porque ante la censura 
impuesta a los poetas,
también se libran batallas 
que se ganan con las letras,
porque ante la opresión
dictada desde un sillón,
hay una pluma que vuela
libre y sin fronteras,
deshojando sentimientos
que otros tal vez no entiendan.

Soy poeta, 
libre como el vuelo de una letra,
etéreo como el verso de un silencio..
 
(J) Alma emancipada de compromisos
sin pensar por otros.
Suelto para cuestionar, 
para razonar y preguntar,
mil veces lo mismo.

Libre para divagar, para buscar
la solución que brota de la duda.
Libre, para en fuga, 
aceptar los lazos que unen y no amarran.

Lazos que distraen la mente,
preámbulo de fricción 
entre pieles salvajes,
que no pierden, lo que estiman
la oportunidad de una vida.
 
(C) Un ser de viento,
un ser de mar,
creador de universos,
mago, compositor,
soñador, alquimista,
corriendo por sus venas un sueño,
el de ser, solo y simplemente, un loco poeta.


Dueto: Joel Lozada y Carmen Cano

jueves, 26 de febrero de 2015

Mi rendición




Mi rendición

He cerrado los ojos para sentir
que te tengo aquí a mi lado una vez más,
el silencio se hizo un hueco en mi almohada
y me rendí a la locura de soñarte.

Como se rindió mi boca
suspirando por tus besos,
como se rindió mi cuerpo
al calor de tus caricias,
como se nos rindió el tiempo
el día que se detuvo ante mis ojos
para mostrarme tus ojos.

Y al caer rendida en ese sueño,
he soñado que te tengo junto a mi,
que tus dedos se han enredado en mi pelo,
que has susurrado al oído sin hablar de despedidas,
que lentamente has quitado mi coraza
y con tu mano en mi pecho
has notado el latir de este loco corazón…


Y yo, simplemente,  me rendí…



Carmen Cano.

martes, 24 de febrero de 2015

La señora de esa esquina




La señora de esa esquina

Va arrastrando cada noche sus tacones ya cansados,
en su bolso los reproches de una sociedad que juzga,
etiqueta y discrimina.
Rojo carmín en los labios de sus besos de mentiras,
y palabritas muy dulces disfrazando su rutina.

La señora de la esquina, juguete roto,
en el día una mujer, en la noche un pasatiempo,
un objeto que se vende al poderoso dinero.

¿Cuántas manos han pasado insaciables por tu cuerpo?
¿Cuántas cicatrices quedan de los golpes que te dio el tiempo?
¿Cuántas lágrimas guardaste bajo la sombra del miedo?

Treinta monedas de plata pagaron una traición
¿por cuánto te vendes tú?

No te engañes, no se vende lo que no puede comprarse.
La mujer que haya juzgado tu oficio de fácil e indecoroso
que hoy se calce tus zapatos, que lleve tu bolso al hombro
y parada en esa esquina aguante con una sonrisa
las miradas que acribillan, los insultos e improperios
y sobre todo que aguante, como alguien la esclaviza
para que alquile su cuerpo.


Carmen Cano

lunes, 23 de febrero de 2015

Imposible no existe



"Imposible no existe", repetía,
incluso llegué a creerlo.

Pero imposible es
pretender controlar el tiempo
o detener el llanto,
cuando esta lágrima
rueda por mis mejillas
buscando su sendero.

Como imposible es sentirte mío,
cuando los besos
que se escapan de mis labios
se estrellan en el infinito
abismo del olvido.

Infinito, como el infinito del vacío
de esta distancia 

que se cuela entre mis horas
y me recuerda tu ausencia.

Infinita soledad,
que prendida en mi reloj
me recuerda que no estás.

Pero ahora suena esa canción...

Entonces pienso de nuevo
y recuerdo nuestro cuento
de una princesa sin reino
que reina en tu corazón.

Cierro los ojos y sueño,
divago en mis pensamientos,
"probablemente, quizás, quién sabe...
porque imposible... imposible no existe"


Carmen Cano.

viernes, 20 de febrero de 2015

Jueces de SIlencio




En la sala, cara a cara, el Amor y la Mentira, como testigo el Pasado, como defensa el Presente
y de acusación la Duda.
El tribunal lo componen magistrados de Silencio que sentencian y no juzgan.

Comienza la acusación interrogando al amor:
"¿Cuántas veces? ¿Cuántas faltas?... y de excusas, ¿cómo ha ido?
¿Recuerda aquella mañana, o la tarde de otro día…
o quizás, tal vez recuerde esa noche que no vino?"
El Amor guarda silencio, no porque no quiera hablar,
sino porque tiene un nudo en la garganta que le impide respirar.
"Protesto!"…- grita el fiscal-,  "creo que debe argumentarse ante este tribunal
si las dudas del amor guardan su base fundada en lugar de interrogar
dando que si fuera cierto que dudaba por dudar"
Se miran los magistrados y ninguno dice nada,
asienten con la cabeza admitiendo la protesta.

Turno es de la defensa:- "no es cierto, Sr. Amor, que creyó con su fe ciega
estar haciendo lo mejor aunque aquello le doliera?"-

El Amor guardó un suspiro y antes de comenzar, miró fijo a la Mentira

"No te acuso de matarme poco a poco, ni de acabar con mis risas, con esas maripositas de las que hablan los locos, no te acuso de utilizar a tu ego para acallar tu conciencia, ni de mentirte a ti misma, porque en esta mentira, los dos salimos perdiendo, yo, porque ahora ya no sé si el amor es de mentira o la mentira es de amor, tú, porque de los dos, tú fuiste la más mentida, no hubo nadie que obligara a la mentira a mentir, a fingir lo que no era, a acabar con mi fe. No te acuso, créeme, ni te juzgo, para eso está algún juez y en las mentiras de amor, no existe más juez que el tiempo y ese no lo dicto yo"

Amor clavó la mirada, Mentira bajó la vista.

Se llamó al primer testigo y juró decir verdad, pero de todos es sabido que la verdad es tan relativa como lo es el color del cristal con que se mira.

Defensa y acusación se quedaron sin preguntas, la Duda porque el Pasado le generaba más dudas, Presente porque era un tiempo que solo quería avanzar y aquel testigo en pasado siempre volvía hacia atrás.

Si alguien quiere decir algo, ahora será el momento, porque lo que no se diga, lo juzgaran los Silencios.

Se levantó la Mentira -"Señoría, yo quisiera…"- y no pudo decir más.


Alguien se preguntará dónde quedó la Verdad, quizás fue en la voluntad de Amor por no dejar que Mentira lo matara o tal vez no haya verdad y la única verdad es que amores y mentiras comparten la misma cama, pero ante un tribunal y sentados cara a cara, siempre ambos perderán.

Si el amor es de verdad, no sentencia ni condena, no juzga ni impone penas, siempre sabrá perdonar, quizás un día Mentira sepa decir la Verdad. Si Mentira se arrepiente no buscará absolución, ni declarará mentiras para obtener su perdón, sabrá volver al Amor, a curarle las heridas, hará que nazcan sonrisas en todo lo que destruyó.

Como alegato final no hubo ni una palabra, se miraron a los ojos y solo hablaron sus lágrimas.

Al Amor y a la Mentira los juzgaron los Silencios, ambos cumplieron su pena, el Amor lloró mentiras, Mentira murió de amor… lo que después pasaría, eso no lo sabe nadie, solo lo sabe el Futuro y a ese nadie lo citó.


Carmen Cano.

20/02/15

viernes, 13 de febrero de 2015

Sin inspiración






SIN INSPIRACIÓN

Ahora que se apagan las últimas luces  y despierta el alba,
que las copas vacías han brindado por la muerte accidental de la poesía
y las plumas de mi almohada volaron asustadas en busca de batallas.

Ahora que los silencios se han poblado de palabras
que las páginas de un viejo cuaderno lucen blancas
y la tinta corre en ríos hacía mares yertos y sin agua.

¿ Dónde descansará su pluma ahora que se cierra el bar,
de la lujuria y de los versos, donde copulan las palabras?
¿Cómo podrá, sin un poema, un sentimiento acariciar el alma?
¿Cuándo reirá la musa, creando inspiración con su batir de alas?


Carmen Cano.

jueves, 12 de febrero de 2015

Amanéceme esta noche

Soñé con ser musa y ser poeta, con ser la playa y la arena, tiempos de paz y de guerra. Soñé que estaba soñando mientras vivía despierta…Al dormirme descubrí que no soy musa ni poeta, playa o arena, solo guerra en el laberinto de un sueño inexistente.



Amaneces noche oscura, mientras reinan tus tinieblas,
vistes de luto las calles, acechas como la dama de la guadaña,
apostada en esa esquina, desde donde mira y ríe.
Sarcástica carcajada de quien sabe que ha ganado la batalla.

Me susurras al oído, hablas de rabia y dolor,
te haces dueña de mis pasos mientras tu avanzada lenta
va sembrando desencanto,
tenaz, como el labrador que prepara su cosecha.
Recoge lo que sembraste, toma los pedazos rotos,
son tuyos, de nadie más.

Amaneces, más oscura que la negrura más negra,
más callada que el silencio más hiriente,
más noche, en esta mañana, que la noche más cerrada.

¿Cómo se dibuja un arcoíris con el negro como único color?
No hay luz, ni sombra, esperanza o consuelo… solo hay oscuridad.

Amanéceme este noche, noche,
envuélveme en la tiranía de tu abrazo de mentiras,
aliméntate del aire que me falta y acaba con la agonía.
Hazme reina de tu noche, desnúdame de sueños
y en los jirones de esta piel que soñaba con caricias,
clava tus garras de noche
hasta que no quede ni un solo recuerdo
de que un día quisiera soñar un sueño.

Amanéceme noche… ya no dejes que despierte.

Carmen Cano.

12/02/15


martes, 10 de febrero de 2015

Sueños de tiempo




Sueños de tiempo.


Sueño con un día en que el tiempo sea un sueño que deslice lentamente como agua entre mis dedos, que no me amarren cadenas que sea libre el pensamiento, que no lo marque un tictac y que lo marque un momento. Sueño con la hora exacta de encontrarme su mirada, porque sé que el tiempo mira aunque no le vea la cara. Sueño que sigo soñando cuando llega la mañana y que el tiempo ya no es tiempo y que la nada no es nada…


Si pudiera hacer que el tiempo
marchara en su mismo sitio,
como soldado de plomo
con el que jugó mi abuelo
y que ahora entre mis manos
desfila marcando el paso.

Si pudiera hacer que el tiempo
adelante en retroceso,
reconciliando por siempre
los recuerdos y los sueños.

Si pudiera hacer que el tiempo
fuera una canción de cuna,
o la mano de una madre
de rebosante ternura.

Si pudiera hacer que el tiempo
resonara en mi memoria,
trayendo mañanas nuevos
envejecidos de historia.

Si pudiera hacer que el tiempo...
fuera tiempo y solo tiempo.


¿Dónde está ese tiempo mío,
tiempo al que pertenezco,
el que acaricia mis sienes,
el que me vela los sueños?


Abrázame fuerte tiempo,
une mis pedazos rotos,
pégate bien a mi cuerpo,
que lo que quiero contigo,
es que tú seas mi aliento.

Y si tengo que escribirle
al tiempo del que estoy hecha,
me desangro en estas letras,
tatuando así con tinta,
ese tiempo que es mi esencia.



Carmen Cano.

sobornando al tiempo





Sobornando al tiempo.



Voy a sobornar al tiempo,

le entrego el misterio de una noche de amor,

si guarda el secreto de amantes hambrientos,

que en su locura, amasijo de cuerpos,

se entregan sin límite a una pasión.


Un sobre lacrado que guarda el soborno,

silencio comprado sellando los labios,

respuesta certera a la pregunta perpetua:


-¿Qué es capaz de detener el tiempo?


-Solo un beso



Vacío





Vacío

Quise llorar un llanto de amargura
con la luna como único testigo,
una sombra compañera en mi penumbra
y un adiós resonando en mis oídos.

Quise acallar suspiros en el aire,
sollozando madrugadas desnudas de placeres,
culpando a la distancia que me impide respirarte.

Quise hacer un rezo de tu nombre,
santa escritura en un libro de caricias,
pagar mi penitencia del pecado de este amor
llorando soledades, hasta que mi boca
por fin consiga olvidarte y sea el vacío
lo único que acaricie mis labios al llamarte.


Carmen Cano.

jueves, 5 de febrero de 2015

Incomprensión maldita






INCOMPRENSIÓN MALDITA.


Dime, si no es cierto, 
que tus caricias te queman resbalando entre los dedos,
pero es el fuego de otro cuerpo el que enciende ese deseo.

Dime, si no es cierto, 
que los besos rebosaban de tu boca,
acariciando los labios, en el nombre pronunciado de otra boca.

Dime si no es cierto, que guardabas un secreto.

Y  como una niña perdida,
 he llorado en el silencio de una incomprensión maldita,
 porque el amor que prometías solo era una mentira.

Dime si no es cierto, 
que tu mente te jugó malas pasadas
y  buscándome en tu soledad, 
era a otra a quien viste en mi reflejo.

Y ahora, dime si no es cierto, 
que silenciaste el silencio,
que mataste nuestro tiempo,
que alimentaste el engaño,
que te inventaste una vida cimentada de mentiras
 para atraerme hasta a ti.

Mientras yo lloraba en el silencio de esta incomprensión maldita,
y me negaba a creer que tus ojos me mentían.

Miénteme, sigue mintiendo, porque ya no entiendo nada,
porque vivo sepultada en los escombros de una vida
que tan solo es otra mentira.

Porque al mirarte a la cara ya no reconozco a nadie
y esta incomprensión maldita, 
me condena cada día a caer entre tus redes,
a  creerme tus mentiras, a buscarte como loca,
a beberme soledades, en los cristales rotos de tus labios,
que me mienten al besarme.

Maldita, incomprensión maldita, que me condena al infierno
de no creer lo que sé y sé que me estás mintiendo.