martes, 20 de enero de 2015

Víveme deprisa y olvídame despacio



Víveme deprisa y olvídame despacio.


Miraba por la ventana como las gotas de agua descendía en su travesura de cristales empañados,  carreras de infinitos dibujadas en el brillo de un universo de agua… ese agua que barre con todo,  como las lágrimas que limpian la mirada y enjuagan los recuerdos.

Sostuvo entre sus manos la taza de café, intentando encontrar el calor que le faltaba y una humareda de imágenes se desplegó ante sus ojos cerrados.

Recordó el tiempo de las risas y las miradas furtivas, las confesiones sepultadas entre océanos de palabras que morían en la costa de sus labios y sintió por fin el dulce beso del olvido.
Era bueno poder recordar sin la sombra del dolor acechando sus entrañas, sin sentir desgarrarse el alma en cada lágrima, recordar desde una sonrisa y no con un lamento.

Quizás eso era el olvido, dejar a un lado el dolor y poder sonreír sin reproches, sin vacío, en la plenitud de un recuerdo que es parte del camino, tantas veces se había preguntado si podría hacerlo, que ahora no sabía si sucedía realmente o en cualquier viraje de su paseo por la memoria, estaría acechando la dama negra de la soledad para volver a arrastrarla al país de las sombras, pero no quería pensar en eso, no debía permitirse el miedo,  ya era tiempo de dar carpetazo a un pasado que intentó apilar en una estantería perdida en un cerebro en desuso.

Miraba por la ventana, como el que se asoma al acantilado de su alma y no ve nada, solo siente, entonces lo supo, el olvido no existe, es un paso al frente, lento..., tan lento como rápida es la vida…


Carmen Cano

20/01/15

viernes, 16 de enero de 2015

Viaje a mi misma



VIAJE A MI MISMA


Un vistazo fugaz al retrovisor,
me muestra kilómetros
de recuerdos y de ausencias,
nostálgica carretera solitaria
serpenteando por los renglones torcidos
en que se escribe el destino.

Una foto desdibujada guardada en la cartera,
como un recuerdo borroso
empañado por la niebla del olvido;
un camino con pisadas ya gastadas
y una vieja cicatriz;
tatuaje permanente de un ayer,
que ya no duele pero aún sangra.

Al frente, un horizonte nuevo a conquistar,
un reto, un misterio, una ilusión,
un soplo de aire fresco
y un camino a ningún lugar
con el mismo punto de destino.

Viaje a mi centro, a mi esencia, a mi misma,
regreso a una parada olvidada
en esta vieja carretera
.


Carmen Cano.


miércoles, 14 de enero de 2015

Relativizando





RELATIVIZANDO

Tic, tac, tic, tac, tic, tac… el segundero  marcaba  implacable el tiempo de la espera, ¿cuántas miradas furtivas caben en un segundo?, más de las que podía haber imaginado; pero consultó de nuevo su reloj para comprobar que no había pasado el tiempo, agitó la muñeca, como si con ello fuera a conseguir que las manecillas avanzaran, miró de nuevo y entonces sonrió pensando en lo relativo del momento.

Mil guerras había librado con el tiempo, batallas perdidas antes de empezar la partida y aún así, lo seguía haciendo.

¿Cuántos besos caben en un segundo? … pocos.

¿Y cuántas lágrimas?... demasiadas.

¿Cuántos suspiros?... depende.

¿Depende?, ¿qué clase de respuesta era esa?, siempre pasaba lo mismo cuando intentaba temporizar emociones, por eso, tomó otro sorbo de café, realmente nunca la había gustado, pero también se empeñaba en seguir tomándolo.

¿Cuántas miradas?... las justas

Sí, esa sí era una buena respuesta, sonrió de nuevo y un ruido inesperado la sacó de la corriente de sus pensamientos.

.-"Perdona, llego tarde, ¿llevas mucho tiempo esperando?"

.- "Mucho, poco, un segundo, una vida…¿ qué más da?, lo importante es que has llegado".


Ambos sonrieron y en un solo beso, sincronizaron sus tiempos.



Carmen Cano.

14/01/15

lunes, 12 de enero de 2015

Un poema de amor




Un poema de amor.

Quisiera escribir un poema de amor,
que hable de ti, de tus ojos,
de todo lo que siento,
que hable del beso que guarda
el misterio de tu boca,
de las palabras que no necesitas decir,
 y de las que yo callo porque no son necesarias.

Un poema que hable de complicidades,
de sueños compartidos
y de los días que están por venir,
que hable de noches de eterna locura,
`pasiones , caricias, miedos y dudas,
que cuente de enfados y de disputas tontas.

Un poema de amor que lo diga todo
y que sin decir nada te traiga hasta mi,
pero… ¿ cómo escribo rellenando versos,
si todo lo que quiero decir,
se dice en dos torpes palabras ?

No necesito de noches de luna,
ni de mieles que endulcen
 otro dulce poema de amor,
no necesito poner boca abajo
el abecedario,
ni inventar un idioma solo para dos.

Porque todo lo que quiero decir,
lo dicen mis ojos gritando,
cuando la torpeza de mi boca
no consigue articular palabra
y mis labios esbozan una tímida sonrisa,
que sin decir nada, te dice "te amo".

Carmen Cano.



Poema absurdo






Tengo un poema absurdo,
que anda rondando mi mente,
que se cuela despacito entre los pliegues
de una memoria obsoleta
cansada de recordar,
que  quiere quedarse dormida,
para empezar a olvidar
todos los convencionalismos,
que sin ser leyes escritas,
se empeñan en recordar
todo aquello que está bien
y también lo que está mal.

Tengo un poema absurdo,
que lucha por escribirse,
entre renglones torcidos
de un cuaderno deshojado,
torpes palabras que sueñan
con encontrarse en tus labios
y que al pronunciarlas sepas
todo lo que estoy callando.

Tengo un poema absurdo,
que ni siquiera es poema,
son un montón de emociones,
desordenadas, confusas,
saltarinas y traviesas,
jugando a las escondidas
cuando me ronda una idea.

Un abecedario inquieto
que uniendo todas las letras,
deje de ser un secreto,
y todas muy bien formadas,
como en desfile marcial,
marchen una tras la otra,
ordenando este desorden
sin principio sin final.

Carmen Cano.