lunes, 16 de diciembre de 2013

Perdiendo el miedo a perder




He perdido el miedo a perder,
porque perdiendo he encontrado el pincel
que dibuja en el aire tu boca
y perdiéndome en los trazos a oscuras
encontré la manera de besarte
con besos de luna
tatuando en mi esencia tu piel.

He perdido el miedo a perder,
pues perdiéndome encontré tu mano,
caminando por campos
que nunca he pisado,
navegando por mares
jamás navegados,
amándote amor, como nunca he amado.

He perdido sin miedo el miedo a perder
pues el miedo es mal aliado,
es oyente sordo,
confesor callado,
he perdido mis miedos amor,
pues estando contigo perdiendo he ganado.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Un mundo en la mirada

Cuentan que había una vez un mundo pequeñito, tan pequeñito, que solía pasar desapercibido, lo habitaban seres diminutos pero de gran corazón, era un mundo tan pequeño, tan pequeño, que cabía en una sonrisa, un mundo de colores e ilusión, un mundo que su sol era una mirada y que la mayor maldad era perder el tiempo para echar una siestecita.

Los habitantes de ese mundo vivían felices, sin pensar si existían otros mundos, otras civilizaciones u otros seres. Tan solo disfrutaban la felicidad del momento.

Hasta que un día de repente todo cambió, ese mundo pequeñito se volvió frío y gris, sus habitantes no sonreían, ni siquiera tenían ganas de dormir. Llamaron a todos los sabios del reino a ver si alguno lograba descifrar aquel enigma, a ver si algún sabio pensador lograba acertar el porqué de aquella situación. Pensaron y pensaron y volvieron a pensar, pero nada, nadie sabía qué estaba ocurriendo.

Uno de los hombres más valientes de aquel reino, decidió entonces tomar el curso del río y salir a explorar el mundo exterior, algo intrépido, raro… lo tacharon de loco, ni siquiera sabían si había mundo exterior.

Así fue como lió un pequeño hatillo con todas sus pertenencias, se despidió de todas las personas que amaba y emprendió su travesía; siguió río abajo hasta que salió de aquel mundo tan pequeño, navegó y navegó por perfiles suaves y rosados, color de melocotón, formas dulces que iban maravillando a aquel pequeño hombrecito que se preguntaba cómo habían podido vivir en su mundo pequeñito sin querer saber lo que había tras los cristales.

Se fue enamorando del paisaje que encontró en su recorrido, hasta que deslizando en aquel torrente llegó a unas formas diferentes a las que había encontrando a su paso, eran contornos rojizos, suaves, dulces... pero carecían de expresión, tal fue su sorpresa al encontrarse en aquel lugar, que sin pensarlo el hombrecito bajó de su barca y depositó suavemente un beso.

Así fue como los labios volvieron a sonreír, y los ojos volvieron a ver de colores ese mundo pequeñito.

Porque el mundo cabe en una mirada, hay pestañeos que dibujan universos y hay almas que son sanadas con un beso.



martes, 10 de diciembre de 2013

Amor de viento y bruma




Varada en la playa de tus besos
invoco a este amor que estoy sintiendo,
como único testigo el firmamento
de las voces silenciosas de un secreto.

Amor de viento y bruma,
de madrugadas eternas
derroche de ternura.

Amor de este silencio
que grita en la bravura
de un cuerpo que no tengo.

Amor de marejadas,
pequeñas tempestades
que arrebatan la calma.

Amor que viene y va
pero siempre se queda
dando vida a palabras.

Y me pierdo…
en las aguas tranquilas
del lago de un recuerdo
y adormecida entre caricias
se derrama una lágrima de tinta
por la punta de mis dedos.

Carmen Cano.

lunes, 9 de diciembre de 2013

TRAFICANTES DE PALABRAS



En el mercado negro de la noche el poeta mezcla palabras adulteradas con sueños para crear universos.

El poeta llora
y sobre una gasa
blanca,estérill y casi muerta
inyecta su base
de tinta y letras.

Cómplice de la noche,
el traficante de palabras
desgrana su alma,
vaciando la negrura de horas
que lo acompaña..

Dosis de vida en la pluma
de un trazo amargo,
disciplina y borrones
hay en sus trazos,
intentando componer una vida
hecha pedazos.

El poeta llora
y en la tristeza que lo acompaña,
en una página en blanco
cada noche trafica con las palabras

Confesiones

Déjame que te cuente bajito y al oído,
deja que entre susurros
enlace tu nombre al mío,
deja que en mi suspiro
atesore tu suspiro.

Permíteme que cuente
el amor que estoy sintiendo,
permite que hable a los vientos
y que les cuente de ti.

Perdóname si hablo
y digo que te amo,
perdona mi torpeza
por no saber callar.

Entiende si te digo
que tu pecho es mi hogar
y que es justo entre tus brazos
el único lugar en que quiero descansar.

Disculpa si un silencio
a veces te atormenta,
pero me faltan palabras
cuando hablo de ti,
por eso hoy confieso
y no hay confesionario,
por eso hoy lo grito
y me desnudo aquí
y si acaso es pecado amarte de este modo,
que sea mi penitencia
seguirte amando así.

Espero...

Te espero en el rincón de los recuerdos,
a media luz, el alma siempre espera
junto al cofre de tesoros de momentos,
que me regala cada día tu presencia.

Espero encontrarme contigo en estos versos
fundidas tus palabras y las mías,
rellenar primaveras con mil besos
amándonos hasta que llegue el día.

Espero...
al ave en mi ventana,
las caricias de seda al batir de sus alas,
al viento que acaricia
y me trae tus palabras envueltas en la brisa.

Espero... 
ese sol de tus besos
que cada mañana acaricia mi cuerpo.
y espero a la luna compañera
aquella que me dice
"espera solo espera... que será vuestro el tiempo".

martes, 3 de diciembre de 2013

AUSENCIA







Ruido infernal en esta noche
de ese silencio que me grita que no estás
y mi cuerpo se rebela y pide a voces
que te quedes a mi lado un poco más.

Desespero y me angustio entre palabras
que tan solo me recuerdan soledad
y este miedo carcelero de mis días
me ahoga en la condena de mis dudas un día más.

Y te pido y te suplico que te quedes o te vayas,
pero que no me hagas daño una vez más,
porque sé mejor que nadie que no existo si no estás.

Amor que duele desgarrando las entrañas
en la tibieza de unos brazos que no están
y que viste de locura la amargura
para seguir en pie un día más.

Amor que sin saberlo me das tanto
y tu ausencia me condena a soledad,
recuerda que no hay final sin un comienzo
y aunque te vayas hoy, amor, siempre estarás.

Carmen Cano.

Amor eterno

Dibujé el contorno de tus labios
en los rosados perfiles de un segundo,
en el contraluz de una caricia,
en la inmensidad de una gota de rocío.

Y mientras vagaba
en la negrura inerte de las horas,
esperé a que ese segundo se hiciera eterno,
tan eterno como este suelo,
tan eterno como el cielo o el infierno,
tan eterno como este amor que te tengo.

Firmé en mi silencio la firme decisión
de amarte eternamente,
sin entendimiento ni control,
más allá de este segundo,
más allá del tiempo que nos ata,
más allá de todo mundo.

Desperté cada día
perfilando en los azules
la adversidad del camino,
convencida de que en algún punto 
se encontraba mi destino.

Y en la eterna inmensidad
de aquella lágrima
que anunció que la sonrisa
nunca dura eternamente,
en juramento sin palabras

me juré amarte para siempre.