Déjame que duerma en tu silencio,
que repose el vacío que ahora siento,
permíteme llorar tu ausencia
y comprender tu indiferencia.
Déjame que recuerde tus caricias
hasta perder la consciencia,
permíteme recrearme en el sabor de tus besos
y comprender este silencio.
Déjame sentirme pequeñita,
sola, perdida... desconsolada;
porque un día, volveré a ser levante
en un barrio marinero,
seré viento, tempestad y remontaré mi vuelo.
Pero hoy soy vacío, ausencia, silencio,
incomprensión, llanto, falso recuerdo y miedo.
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