Sin rosto
En la noche
tenebrosa pasea un hombre sin sombra,
lleva
cubierto su rostro bajo el ala de un sombrero
hecho de
octubres añejos y recortes de recuerdos,
pasea muy
lentamente como si paso tras paso
deshojara
calendarios olvidados de memorias,
o como si
tal vez cargara, las piedras en los bolsillos
de los
errores del mundo,
o quizás,
sobre sus hombros, el peso de las conciencias
de todos los
que han fallado.
Yo lo miro
desde lejos, apoyado en la farola
de esta
avenida sin gente;
hojas
alfombrando aceras, vientos borrando los nombres
que
aniquilaron abriles, para renacer otoños
que anidaron
en sus manos.
Mira cómo muere octubre envolviéndose en su capa,
cómo nacerá
noviembre bajo ese manto de musgo
de
conciencias olvidadas,
mira qué
triste pasea la soledad por el mundo.
Hoy vi a la
muerte sin rostro, sin sombra y sin su guadaña,
iba
arrastrando los pies, parecía algo cansado,
hastiado por
el silencio de tantos gritos callados,
de tantos muertos tan vivos, de tantos vivos
muriendo.
Paradojas de
la vida, de la muerte, de la nada…
Se muere tan
lentamente mientras se olvida vivir,
que
olvidamos que viviendo renacemos de la muerte.
Carmen Cano
28/10/15
Me encanta cada vez que te leo
ResponderEliminarMuchísimas gracias.
EliminarHay algo mágico en eso de saber que a alguien puede llegarle, de alguna manera, algo que en apariencia tan solo son letras pero que cobran vida al ser leídas.