lunes, 18 de noviembre de 2013

Eros



Furtivo como la noche
que poco a poco
va cubriendo mis sentidos,
te presentas ante mi
despertando mis instintos.

Una caricia sutil
se desliza por mi espalda,
el suave roce de un beso
que se ha posado en mi cuello.

“Shhhh… no me mires, solo siente”

Así me convierto en Psique
y tú hoy mi dulce Eros.

En una lluvia de besos
se despiertan las pasiones
por tanto tiempo dormidas
bajo ese pecho de un Dios
cincelado en piedra fría.

Vuelta la carne a la carne
y el deseo y la lujuria,
tómame en esta locura
de unas ansias que me asfixian.

Manos temblorosas
que descubren horizontes,
bocas hambrientas
necesitadas de carne,
lenguas que dibujan
arcoíris de colores.

Dioses humanos entregados a pasiones
en paraísos perdidos
en los templos de otros Dioses.

Así desde que el mundo fue mundo
Se desatan los instintos,
con el roce unos dedos,
cualquier hombre se hace Dios

cuando se viste de Eros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario