A SOLAS
Avenidas adoquinadas de ausencias
conducen mis pasos a ningún lugar,
lenta muerte fundida en fracasos
que siempre me aleja de la realidad.
Murmullo distante de algo parecido a un grito,
que tan solo pide un poco de paz
y luego el silencio muriendo en el viento,
detiene los pasos,
que ya confundidos,
olvidan que un día hicieron camino.
Andar, o para... Ahora,
qué más da?
Si por más que ande, no sé hacia dónde,
ni tampoco encuentro sentido al camino.
O quizás, quién sabe, si es que nunca anduve,
y la cascada de
tiempo,
de algo que creí llamar vida,
tan sólo fue un sueño, del que desperté,
estrellando de nuevo a otro fracaso, que me recordó,
que no existe el tiempo, ni el sueño, ni olvido...
que tan sólo existe todo este silencio
y sólo estoy yo.
.
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