Caricias que parecen
mariposas,
con aleteos de suspiros inaudibles,
se cuelan en mi noche silenciosas,
dibujando mi piel con dedos invisibles.
Y me transportan al cielo de tus labios
y me pierdo en tus ojos de misterio,
testigo de excepción el firmamento
de este sueño soñado de deseos.
Música inexistente que nos mece,
brisa suave te acaricia,
mariposas que llegan a tu noche
para que formes así parte de la mía.
Y la luna que pícara sonríe
nos regala un poco más de su mirada,
haciendo de ese sueño más que un sueño,
una realidad que no acaba en la mañana.
Carmen Cano.
Qué hermoso. Un sueño no debería acabar por las mañanas sino seguir durante el día y hacerlo continuo, hacer que forme parte de nuestras vidas. Un amor que a conciencia se hace de ensueño y se perfecciona. Si puedes soñarlo, puedes conseguirlo. Así las caricias y los besos soñados, son proyectos, metas y retos, no solamente ilusiones... me gusta mucho este poema, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarLos sueños hay que cuidarlos y mimarlos, porque cuando sean realidades, nadie querrá vivir un sueño roto.
ResponderEliminarGracias por un comentario tan bonito.
Besos!!